22 de marzo – Día Mundial del Agua – Asamblea General de las Naciones Unidas – Resolución A/RES/47/193
El 70% del planeta está cubierto por agua y de esa totalidad el agua dulce existente en la tierra es menos de un 3% de la cantidad total mundial. De este 3% de agua dulce se calcula que el 70% está en forma por hielo, lo que limita aún más la disponibilidad en recursos hídricos del planeta que corresponde entonces a una cantidad inferior al 1%.
La escasa disponibilidad de agua a nivel mundial se enfrenta al continuo crecimiento poblacional que demanda agua para consumo, agricultura e industria. En el año 1.000 poblaban el planeta 300 millones frente a los 6.000 millones del año 2.000.
En este marco de escaso recurso y creciente demanda, la comunidad técnica y científica coincide en señalar que el calentamiento global está provocado en mayor medida por efecto de la actividad humana y es uno de los principales factores, si no el principal, que está limitando gradualmente la disponibilidad de agua en el planeta.
Las causas principales del calentamiento global son la presencia en la atmósfera de gases de efecto invernadero: vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y los clorofluorocarbonos.
El vapor de agua es el principal gas responsable de forma natural del efecto invernadero y actúa como regulador del clima, ciclo hidrológico y la temperatura del planeta.
El resto de gases de efecto invernadero son generados por la actividad humana y son los responsables de la desestabilización de la regulación natural del clima que mantiene el vapor de agua.
La generación de CO2 se produce principalmente por el uso de combustibles fósiles que tiene un efecto sinérgico con la deforestación ya que las grandes masas boscosas continentales son un verdadero sumidero que consume este gas de forma natural. El metano, segundo en importancia, proviene de actividades agrícolas y ganaderas principalmente y en la gestión de residuos, también de crecientes incrementos debido al aumento de población.
Este escenario nos lleva a consecuencias preocupantes, si no dramáticas en no muchas décadas, que incluyen el aumento del nivel del mar ocupando zonas hoy pobladas y los procesos de desertificación, disminuyendo la disponibilidad de agua dulce, perdiendo zonas productivas fértiles y reservas de carbono, que contribuirán a su vez en el crecimiento paulatino de la tasa de CO2 en la atmósfera.
Contaba hace unos días, en una ponencia a la que asistí sobre la economía circular del sector del agua, D.Gonzalo Delacámara (Director Académico del Foro de la Economía del Agua) una anécdota ilustrativa sobre la producción del espárrago y otros productos agrícolas, en los andes peruanos gracias al deshielo progresivo de glaciares, a tasas nunca vistas anteriormente, que les permite producir y comercializar enormes cantidades, gracias a la disponibilidad sin límites de agua, sin pensar que en un futuro no muy lejano, será imposible cultivar nada por la escasez de agua. Hoy, decía y me permito cogerle prestada la metáfora, estos agricultores son los violinistas del Titanic, pero desgraciadamente también se hundirán.
Estamos en un momento del partido, que necesitamos hacer cambios en la estrategia si no queremos ser eliminados por derrota, técnicamente estamos preparados para grandes cambios, pero no lo estamos estructuralmente.
Se deben afrontar estos cambios que reviertan beneficios a la comunidad y al medio natural.
- Es necesario invertir en infraestructuras que posibiliten el ahorro como las de reutilización de agua que permitan con diferentes calidades, aprovechar el agua para diferentes actividades.
- A nivel industrial sería contributivo realizar tratamientos de agua específicos, que permitan mejorar la eficiencia de los procesos industriales y ahorro de agua y energía.
- Sería importante también contar con infraestructuras de acumulación y aprovechamiento de aguas pluviales, cada vez más proyectadas a nivel local pero insuficientes a nivel general.
- Asimismo, invertir a nivel mundial en la depuración de aguas residuales y canalizarlas hacia cauces naturales o flujos de reutilización. Precisamente en nuestro país acabamos de recibir del Tribunal de Justicia de Luxemburgo de la UE una sanción a España de 12 millones de euros por la deficiente depuración de las aguas residuales junto a una multa coercitiva de casi 11 millones de euros por cada semestre de retraso en la aplicación de las medidas para cumplir una sentencia condenatoria del 2011. La sanción es fruto del incumplimiento de la normativa europea sobre aguas de 1991 que establecía la obligación de los municipios de más de 15.000 habitantes, de cumplir con una serie de requisitos sobre plantas y sistemas de tratamiento y depuración de aguas, para prevenir contaminación a cauces naturales.
- Solo como apunte en otro factor importante, debemos recordar que la ordenación del territorio y la investigación en agricultura también son una punta de lanza que se debe dirigir en la misma dirección de ahorro de recursos y producciones sostenibles. En promedio, en la agricultura se ocupa el 70 % del agua que se extrae en el mundo.
- También como pincelada, son necesarias las inversiones públicas y privadas en energías renovables que se basen en el uso de fuentes de energía como la hidroeléctrica, la solar y la eólica, donde la investigación y la industria juegan nuevamente un papel de relevancia.
- A nivel de gestión es importante también aportar un valor adicional al que actualmente se le da, a la inversión en el mantenimiento de los sistemas de tratamiento y en la conservación de las redes de distribución, a todas las escalas.
En este contexto volvemos a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas que marca las siguientes metas para dentro de 11 años, para garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos:
- Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos.
- Lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables.
- Mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, reducción al mínimo de la descarga de materiales y productos químicos peligrosos, la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar y un aumento sustancial del reciclado y la reutilización en condiciones de seguridad a nivel mundial.
- Aumentar sustancialmente la utilización eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir sustancialmente el número de personas que sufren de escasez de agua.
- Poner en práctica la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda.
- Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.
- Ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, incluidos el acopio y almacenamiento de agua, la desalinización, el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, el tratamiento de aguas residuales y las tecnologías de reciclaje y reutilización.
- Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.
En conclusión, se debe afrontar este cambio de estrategia, con nuevas infraestructuras gracias al avance técnico y alcanzar, nuevos retos aún más importantes: la concienciación social y un nuevo marco legislativo y de gobernanza que apunte en la misma dirección.
Los agentes de participación en esta mesa de juego, gobiernos comunitarios continentales, gobiernos de países, ministerios de agricultura, de energía y gestión del agua, deben encaminarse a entornos y normativas en el contexto del desarrollo sostenible del uso y gestión del agua, apoyo a la investigación y a los usuarios en general, industria, gestores, organizaciones agrícolas y usuarios finales que no cuentan normalmente con ayudas y escenarios para realizar sus funciones con eficacia.
Es necesario en primer lugar contar con políticas audaces encaminadas a todas estas metas que favorezcan mayores niveles de financiación y puedan llevarse a cabo de forma efectiva.
En segundo lugar, se necesitan acuerdos internacionales y cooperación entre el mayor número de países posible para adoptar nuevas tecnologías, vías de ayudas y financiación y colaboración con la investigación, en una escala mucho más amplia.
Tenemos un reto global y no debería descuidarse.