Día Mundial del Agua
El agua es fuente de vida y salud. El agua es indispensable para la vida. Su calidad está íntimamente relacionada con el nivel de vida y con el nivel sanitario de un país (Ministerio de Sanidad – 2023). https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/saludAmbLaboral/calidadAguas/consumoHumano.htm
Además, el agua es un recurso imprescindible para la actividad socioeconómica como materia prima universal, sustancia vital para la investigación y desarrollo, fuente de nutrientes en el sector primario, disolvente de gran número de productos cotidianos, refrigerante en climatización o procesos y calentamiento en otros, y como proveedor de energía aprovechando su energía cinética y potencial.
Por último, el agua es el soporte principal de vida en el medio natural, donde se localiza su mayor reservorio.
Desde el año 1993 que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara la resolución A/RES/47/193, el 22 de marzo fue declarado como Día Mundial del Agua. Se invitó entonces a los diferentes estados miembros a dedicar este día a la celebración de actividades concretas para el fomento de la conciencia pública relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos.
Este año la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023 (https://sdgs.un.org/es/conferences/water2023) coincide con la celebración de este Día Mundial del Agua.
El aprovechamiento del recurso hídrico en el ciclo del agua es complejo y abarca diferentes procesos en los que debemos concentrar nuestros esfuerzos para una mayor eficacia, limpieza y eficiencia, desde la captación, distribución, utilización y consumo, y retorno al medio natural.
La degradación de la calidad del agua contribuye a la escasez de este recurso y es donde debemos poner mayor esfuerzo para conseguir una mayor accesibilidad en el espacio y en el tiempo.
La actuación en la calidad del agua no solo afecta al final de la cadena con la depuración de aguas para su retorno al medio natural, sino a todo el proceso de gestión desde su captación hasta su retorno sin olvidar su conservación en su reservorio del propio medio natural.
A nuestro entender, el avance técnico, científico, social y legislativo, debe abarcar tanto la captación y distribución del agua para el acceso, como en el tratamiento del agua para el uso y consumo, la depuración para la preservación y mejora ambiental con calidad adecuada al medio y la regeneración de aguas para distintos usos como riego, usos urbanos e industriales y recarga de acuíferos hasta por qué no, para el consumo como agua potable.
El tratamiento del agua para obtener la calidad de agua requerida es una pieza más en este gran puzle que contribuye a un mayor engranaje dentro de este complejo sistema.
En este gran sistema de redes, y solamente centrándonos en esta pieza del puzle, es importante reseñar que un correcto tratamiento de agua en sentido amplio para su aprovechamiento en cualquier proceso desde el consumo humano hasta aplicaciones industriales complejas, implica a su vez un conocimiento y especialización continua en materia científico del agua, técnica de las aplicaciones disponibles y legislativa de los deberes y derechos derivados de su aprovechamiento.
El tratamiento para la adecuación del agua contribuye siempre con ciertos beneficios al usuario en particular, y al medio social y natural en general, tales como:
- Mejor calidad de proceso y producto.
- Mayo eficiencia en el proceso y menor consumo energético.
- Menor consumo de recursos.
- Mayor ahorro de agua al minimizar su consumo.
- Menores costes derivados de mantenimientos.
- Menores costes de retorno al medio ambiente.
- Mayor salubridad y calidad de vida.
- Mejora de conservación del medio ambiente.