Nuevo marco técnico del Tratamiento Antilegionella
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La legionella es una bacteria que se dispersa por el aire gracias a la presencia de microgotas y aerosoles, que puede producir infecciones penetrando por el sistema respiratorio.
Legionella es una bacteria gram negativa, habitual en el medio acuático de forma natural contando con alrededor de medio centenar de especies que en su mayoría no producen infección alguna, sin embargo la especie Legionella pneumophila es la causante de la enfermedad.
La legionelosis puede presentarse de dos formas, una más leve, Fiebre de Pontiac similar a la gripe, con dolores musculares y fiebre sin afección pulmonar, que raramente se diagnostica y se cura sin tratamiento en menos de una semana, y una segunda de mayor afección, Neumonía o enfermedad del legionario, que presentan un cuadro de fiebre, tos, dolores abdominales y musculares, diarrea y afectación del estado general.
El riesgo de producirse la enfermedad depende de la susceptibilidad de los individuos expuestos, habiendo colectivos más sensibles que otros y siendo más rara en población sana o joven, es decir afecta sobre todo a personas mayores, fumadores o personas especialmente sensibles tales como los que padecen bronquitis crónica, inmunodeprimidos, con cáncer, diabetes, trasplantados etc. En niños salvo que se den circunstancias del tipo anterior o similares, es muy rara y de muy baja incidencia.
Obviamente, también influirá la duración de la exposición a la bacteria y de su concentración en el aerosol.
Las instalaciones donde puede presentarse un riesgo de proliferación de Legionella son muy variadas en las que la bacteria es capaz de dispersarse gracias a presencia de aerosoles en el proceso, tales como las Torres de Refrigeración, Sistemas de Agua Caliente Sanitaria, Humidificadoras, Riego por Aspersión, SPAS, Jacuzzis e Hidromasajes, Fuentes Ornamentales, Sistemas de Lavado de Vehículos, Equipos de Terapia Respiratoria, Nebulizadores, etc entre otras, aunque hay muchas más.
Desde los primeros brotes identificados en España, a partir del año 1997, las autoridades sanitarias reaccionaron a nivel técnico y legislativo, aprobando el R.D. 909/2001 derogado posteriormente por el actual vigente R.D 865/2003 del 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis.
Técnicamente, el avance en estos casi 14 años es considerable y significativo en el conocimiento de su biología, de las posibles causas de crecimiento de la bacteria, sus formas de resistencia y propagación, de sus formas de colonización, por un lado y de técnicas aplicadas, como las relativas a su detección in situ y en laboratorio, así como de las estrategias de prevención y control en diferentes instalaciones de riesgo, por otro.
Este conocimiento ha facilitado incidir con mayor frecuencia en el diseño y mantenimiento de las instalaciones de mayor riesgo con el fin de su control y prevención.
Sin embargo, desde la publicación del R.D 865/2003 citado, este avance no se ha visto reflejado a nivel legislativo ya que éste trata específicamente ciertas instalaciones, como las torres de refrigeración el agua sanitaria fría y caliente o bañeras de hidromasaje, dejando muchas otras aunque citadas en el documento, sin marco legislativo específico.
Si bien es verdad que se ha regulado a nivel autonómico en diferentes direcciones y profundidades, desde el sector de Empresas de Tratamiento de Agua, Laboratorios, Empresas de Control Vectorial, Limpieza, Mantenimiento etc se viene demandado una actualización de la normativa nacional donde se pueda recoger toda esta experiencia.
Sensibilizados por este asunto desde la empresa privada y asociaciones profesionales, en este tiempo hemos participado en numerosos foros de discusión y revisión, en los que han participado tanto el sector privado como el público desde sobretodo diferentes consejerías de sanidad trabajando al unísono, con el fin de controlar y prevenir de la mejor manera técnicamente posible, las instalaciones con probabilidad de dispersión de la bacteria, con el objetivo de minimizar el riesgo.
Fruto de estos foros, surgió la oportunidad entre diferentes asociaciones profesionales como AQUAESPAÑA y ANECPLA de revisar la Norma UNE 100030:2005, que cita el Real Decreto 865/2003, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis y alcanzar la edición actualizada de la nueva Norma UNE 100030:2017 de Tratamiento Antilegionella.
Nace así un nuevo marco normativo y técnico que las empresas de Prevención y Control de la Legionella deben conocer y los titulares de instalaciones, para que éstas cumplan con los requisitos actuales para la adecuada prevención y control, que redunda en la calidad del servicio no siempre bien aplicado y a su vez explicado al usuario o responsable de las instalaciones, que es a la postre, el responsable de sus condiciones higiénico sanitarias.
La nueva norma amplía el número de instalaciones a considerar con un tratamiento de criterios generales y criterios específicos por instalación, marcando una metodología común basada en un Plan de Prevención y Control de la Legionella (PPCL) muy bien estructurado en tres etapas de Diagnóstico Inicial, Programa de Actuación y Evaluación Periódica.
Es posible que ahora sea el turno de la administración central y autonómicas para actualizar el Real Decreto y otras normas, aunque este sea posiblemente otro debate. Técnicamente tienen una buena herramienta encima de la mesa.
